3 de junio de 2013

Cuando preguntamos porqué

Todavía es lunes y no queria dejar de escribir una meditación. He traído en la cabeza escribir sobre Rahab, que no es muy conocida y no se menciona muchas veces en la Biblia (aunque se menciona en un pasaje muy importante conocido como la Galeria de la Fe) pero ayer mientras leía Josué y reflexionaba en lo leído quiero compartirles una escena de sus primeras batallas al frente del pueblo de Israel.

Para empezar yo imagino a Josué fuerte, decidido, con un carácter más o menos equilibrado ya que a veces lo siento muy "salvaje e impetuoso" y otras veces lo siento "manso y reflexivo", pero lo que si es que me lo imagino alto, fornido, un hombre muy "macho". Por lo que en este pasaje de Josué 7:7-9 es dificil imaginarlo y verlo como quejumbroso y decaído. Simplemente no es la imagen que uno espera de un GRAN HEROÉ de la FE.


7:7 Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! 

7:8 ¡Ay, Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos? 
7:9 Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre? 


Por si no saben lo que acababa de pasar es que acababan de cruzar el Jordán, luego se circuncidaron (que esto tiene un significado muy especial) y celebrado la primera Pascua en su tierra, tomaron Jericó, una ciudad amurallada y fuerte, y luego deciden ir contra un pueblo con pocos hombres pues era "fácil de tomar" y pierden la batalla.

Ayer me identifiqué muchisimo con este pasaje. Después de todo lo que Dios me ha dado, del privilegio de conocerle en situaciones milagrosas y espectaculares, después de ver hasta donde nos ha traído y las grandes victorias que nos ha concedido, de repente sucede una cosa inesperada que creí fácil y no se da cómo planeaba y mi fe se viene abajo. Esto fue lo que ya les conté en mi testimonio. Así me sentí. Después de ver cómo Dios nos trajo a Bélgica con mano fuerte (que nos robaran el carro, que me negaran la visa, etc.) y de todas las aventuritas y pruebas que pasamos ese año, se suponía que debía creer y saber que Dios obraría en darme ese bebé que tanto anhelaba y pedía, no? Pero al no suceder en el tiempo que yo esperaba y cómo yo esperaba mi fe se tambaleo.

Creo que lo mismo le pasó a Josué y me sentí "bien" incluso cuando vi todas las preguntas que hizo... "ay, Señor", "porqué", "ojalá"... fue muy fácil imaginarlo como yo me la pase... de rodillas y llorando. Y pensé... si un hombre valiente y fuerte cómo él dudó y preguntó y Dios no se enojó con él... ¿porqué lo habría hecho conmigo? Dios nunca se enojó de que yo llorara y preguntara, Dios nunca se sintió menos o amenazado por mis dudas... Dios es más grande y poderoso que eso.

En el caso de Josué, una persona del pueblo, Acán, había tomado del anatema, y Dios se había vuelto de con ellos, sin embargo, en esto, había un propósito... aun con ese pecado, después de santificarlos, Dios usó esa misma situación (en la que perdieron) para darles una estrategia y ganar poderosamente (Josué 8)

En mi caso, Dios quería probar mi corazón y fortalecer mi fe. Y se tomó su tiempo... fue una prueba dura, gracias a Dios ya superada y con la recompensa en camino.

Dios nunca se equivoca y en cada cosa que hace tiene un propósito. Puede ser que haya que santificarnos por algún pecado cometido, puede ser que simplemente quiera fortalecernos y glorificarse en nuestras vidas. No sabemos, lo que si sabemos es que hay un plan y ese plan es bueno para nosotros.

Meditaba en esto y ese pasaje cayó como una "diosidencia" porque mi esposo y yo platicabamos de qué diferentes estabamos hace un año. Hace un año no veíamos cual era el plan, creíamos y sentiamos e incluso veíamos que nos llovia sobre mojado, pero Dios siempre tuvo un plan, Dios siempre estuvo ahi, nos dio estrategias para salir adelante, nos moldeo y trabajo a su gusto muy apesar de mis quejas y llantos, porque como buen Padre, el sabía que ese dolor era bueno para mí. Ahora estoy totalmente agradecida con él, simplemente no hay palabras para decirle todo lo que siento. Y lo más importante es que Dios no se siente amenzado por tus preguntas, no te va a decir porqué lo hace la mayoria de las veces, pero al terminarse la tormenta si sigues en su camino y sigues dispuesto a ser trabajado por más que duela, él te mostrará el resultado, que es mucho mejor de lo que esperas.

Dios te bendiga hoy, no te desanimes, tienes que seguir luchando, la victoria de Josué después de su lamentable fracaso en esa batalla no llegó sola... él tuvo que levantarse, secarse las lágrimas, hacer lo que Dios le dijo y pelear. Igual lo tienes que hacer tu.

con cariño, Marcia

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