9 de junio de 2014

La oración

"Solo oración y oración, mucha oración persistente, es la puerta de entrada al corazón de Dios." 
John G. Lake

La semana pasada me comprometí con un grupo de facebook compuesto por mujeres que buscan tener un bebé a orar por cada una de las que tuviera una petición especial y además publicaría ahi la oración hecha para que ellas pudieran darle seguimiento y unirse en oración conmigo. 

Lo hice también aprovechando que queria retomar el hábito de la lectura de la Biblia y la oración porque aunque si oraba y leía ya no lo estaba haciendo a determinada hora del dia ni todos los días y veia esta necesidad que era urgente en mi vida (pero esa es otra historia) 

En una de los dias que estaba en mis devocionales, leí el pasaje de la dedicación del templo de Salomón en 1a Reyes 8:12 en adelante. Recuerdo perfectamente haber leído este pasaje en el 2012, mientras estaba en mi búsqueda por un bebé. 

Particularmente los versos del 22 al 30, y aun más especificamente los versos 28 al 30: 

"Con todo, tu atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehova Dios mio, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; que estén tus ojos abiertos de noche y dia sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará alli; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. Oye, pues, la oracion de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona."

Me acuerdo haber estado en mi departamento, buscando y pensando hacia donde estaba ese templo, porque quizá si oro dirigiendome en dirección hacia donde estaba quizá Dios escuche mi oración y me conteste. Me parece gracioso pensarlo ahora, quizá Dios vio la desesperación de mi oración y estoy segura de ello, estoy segura que cada vez que oraba, el veia mis lágrimas y el dolor que sentia, estoy segura que para el no era una dramática, ni una cursi, ni una ridicula y que no me juzgaba por anhelar tanto un hijo. Estoy segura que se compadecía de mi y me escuchaba, simplemente no era tiempo. 

Lo que si es cierto, y en lo que me quiero enfocar, es que Dios escucha. Dios ve tu oración. Quiza no puedas ir al tempo de Jerusalén y exponer ahi tu petición, pero puedes orar en lo más intimo de tu corazón y pedirselo con todo tu ser. Finalmente en otros pasajes dice la Biblia que nuestro cuerpo es tempo del Espiritu Santo, entonces desde nosotros mismos, de lo profundo de nuestro ser podemos pedirselo y el oira. 

Dios escucha nuestras oraciones, por eso es importante hacerlo diario, con insistencia, sin cansarnos. Suena muy fácil, es sumamente dificil porque nuestras emociones, sentimientos, dificultades de la vida, etc., se interponen para hacernos dudar y desviarnos, pero debemo tener la mirada fija en Dios y no desmayar.

Si desean que haga oración por ustedes por favor no duden en escribirme a withlovemarcia@gmail.com. 

con cariño, Marcia

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