Originalmente los lunes son de recetita pero la verdad es que aunque si he cocinado mucho últimamente ya que es mi obligación y deber como ama de casa, hoy solo les presumiré algunos de los deliciosos platillos caseros o comprados que probé durante las dos semanas que mi mamá estuvo aqui. Irán acompañados de su respectiva historia y espero pronto poder compartirles una de mis recetas, ya que primero tengo que actualizarlos con lo que vivimos hace 3 semanas.
En Paris teníamos que comer crepas y croissants, solo que el croissant fue devorado antes de una foto, pero comimos ambas crepas saladas como la primera foto y dulces.
También fuimos a una panaderia que me encanta a unas dos cuadras de mi casa, donde compramos una aardbei taart, o tartita de fresas con crema pastelera y estuvo deliciosa.
También tuvimos mucha comida casera y uno de los días que me fui a la escuela mi mamá me hizo un caldito de pollo y bueno no hay nada mejor que la comida de mamá y yo tuve la bendición de disfrutarla en mi casita.
También tuvimos invitaciones a comer y cenar, una de ellas con Liz, mi amiga del DF y nos hizo un rico mole y tortillas hechas por mi. Además que ir a su casa fue una experiencia muy padre pues nos fuimos en bus y pudimos ver demasiados paisajes bellísimos.
Otro día nos invito Lien de Vietnam a cenar y nos preparó comida de su país. Un arroz pegajoso con coco, un tipo de guisado con picadillo y tofu y especias picantes. También comimos una sopa de pollo y elote, y spring rolls con una salsa que no picaba pero contenía pepino y zanahoria. De postre comimos un yogurt de manzana que dice que es muy popular como comida callejera en Vietnam.
Finalmente mi mamá no se quedó con las ganas de probar comida típica de estudiantes (y Europa) los famosos paninis y sandwiches. Además comimos kebaps, comida china, pizza, chocomousse, pannenkoeken y otras delicias de bajo costo y que son muy comunes por acá.
Y aunque todo esto suena y es delicioso, extraño demasiado mis tacos mañaneros y nocturnos, las alitas y las carnes asadas que solo encontramos en nuestra patria. Ah, no hay nada como México...
con cariño, Marcia
En Paris teníamos que comer crepas y croissants, solo que el croissant fue devorado antes de una foto, pero comimos ambas crepas saladas como la primera foto y dulces.
En Holanda comimos cosas regulares, además que vovlimos al lugarcito de los bagels y a mi mamá si le gusto. Luego en Bélgica tuvimos de todo, obviamente las deliciosas frietjes en Brujas con salsa tartar, que es mi favorita hasta ahorita. (Prometo hacer un reportaje sobre las salsas para las papas) También comimos 3 tipos de waffles estilo liege, donde los mejores según mi opinión son los de mi lugar favorito en Leuven donde el dueño es un viejito italiano encantador. En Brujas el waffle estuvo rico, luego en Bruselas estuvo de lujo, el mio acompañado de fresas y azúcar glass y el de mi mamá con fresas y lechera. Observen en la segunda foto la variedad de presentaciones que tienen, pero esto solo en Bruselas, normalmente el waffle se come solo ya que es demasiada azúcar y calorias las que contiene pero una vez no pasa nada. =)
También fuimos a una panaderia que me encanta a unas dos cuadras de mi casa, donde compramos una aardbei taart, o tartita de fresas con crema pastelera y estuvo deliciosa.
Otro día fuimos a cenar al famoso Domus, donde ya hemos ido con amigos y visitantes porque es un restaurante tipico belga con comida deliciosa y accesible a estudiantes. Aquí mi mamá probó el famoso stofvlees que es un estofado con una salsa especial preparada con la cerveza de la casa. Yo comí un spaghetti retro que lleva también la cerveza en su salsa. Este restaurante esta recomendado por Trip Advisor y Lonely Planet como un must de Leuven.
También tuvimos mucha comida casera y uno de los días que me fui a la escuela mi mamá me hizo un caldito de pollo y bueno no hay nada mejor que la comida de mamá y yo tuve la bendición de disfrutarla en mi casita.
También tuvimos invitaciones a comer y cenar, una de ellas con Liz, mi amiga del DF y nos hizo un rico mole y tortillas hechas por mi. Además que ir a su casa fue una experiencia muy padre pues nos fuimos en bus y pudimos ver demasiados paisajes bellísimos.
Otro día nos invito Lien de Vietnam a cenar y nos preparó comida de su país. Un arroz pegajoso con coco, un tipo de guisado con picadillo y tofu y especias picantes. También comimos una sopa de pollo y elote, y spring rolls con una salsa que no picaba pero contenía pepino y zanahoria. De postre comimos un yogurt de manzana que dice que es muy popular como comida callejera en Vietnam.
Finalmente mi mamá no se quedó con las ganas de probar comida típica de estudiantes (y Europa) los famosos paninis y sandwiches. Además comimos kebaps, comida china, pizza, chocomousse, pannenkoeken y otras delicias de bajo costo y que son muy comunes por acá.
Y aunque todo esto suena y es delicioso, extraño demasiado mis tacos mañaneros y nocturnos, las alitas y las carnes asadas que solo encontramos en nuestra patria. Ah, no hay nada como México...
con cariño, Marcia